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Monterrey, 3 de julio. – La maestría con la que la Wiener Kammersymphonie presentó su programa debut en la Ciudad en “Una noche en Viena”, hizo que la audiencia reunida en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad saliera de este recinto con una amplia sonrisa, al recibir una excelsa dosis de música de alto nivel.
Reconocido por su virtuosismo, versatilidad y creatividad interpretativa, el ensamble nacido en Austria y radicado en Viena, su capital, entusiasmó a la concurrencia con un repertorio que comprendió un siglo de creación de 1820 a 1928 y que incluyó la elegancia de los valses de los Strauss, música de Richard Strauss y una selección de Kurt Weill, compositor alemán.
Compuesta por más de 700 personas, la audiencia vibró con cada una de las interpretaciones del ensamble multicultural e integrado por Janay Tulenova en el violín primero, Muhammedjan Sharipov en el violín segundo, Vincenzo Starace a cargo de la viola, Sergio Mastro con el violonchelo y dirección artística, y Felipe Medina en el contrabajo, al grado de ofrecer, al final, una ovación de pie en la Gran Sala.
Presentado por CONARTE, como parte de la celebración por los 30 años de su creación como organismo cultural, el concierto cumplió con lo señalado previamente al recital por Ricardo Marcos González, Secretario Técnico de la dependencia quien, junto a Gabriel Rangel Pineda, crítico musical, ofreció una charla en la que se desmenuzó el programa presentado.
“Es música de primer nivel que está hecha para el disfrute y en este caso el baile, de manera que los valses de Strauss son maravillosas obras, muy bien escritas”, apuntó el funcionario cultural.
El programa, dividido en dos partes, fue irrepetible porque fue elaborado con diferentes estilos, épocas y métodos de interpretación y estuvo marcado por la elegancia de los valses y polcas, reuniendo tradición, técnica y emoción.
En la primera parte del concierto se interpretó “Rosen aus dem Süden” (Rosas del Sur) y “Fledermaus Quadrille” con fragmentos de algunas piezas de la opereta “El Murciélago”, de Johann Strauss. Además de un par de polcas de Josef Strauss.
Para algunas personas fue inevitable seguir con su cuerpo la melodía, al reconocer en los valses una forma de baile muy popular en la entidad.
En la segunda parte del programa destacó la figura de Richard Strauss con una selección de obras de la suite “Der Bürger als Edelmann” (El Burgués Gentilhombre).
También interpretaron la polca “Tik Tak, Perpetuum Mobile” y “Auf der Jagd” (De Caza), todas de Johann Strauss hijo, el padre del vals vienés, de quien este año se celebra el bicentenario de su nacimiento; así como “Wiener Polka” y “Galoppin-Polka”, de Josef Strauss, y “Reise-Galopp” (Galop de Viaje), op. 85, y “Champagner-Galopp” (Galop de Champaña), op. 8, de Johann Strauss, padre.
La velada finalizó con siete números de “The Threepenny opera”, también llamada “La Ópera de los Tres Centavos”, de Kurt Weill, una figura única en el panorama musical del siglo 20, de quien se conmemora el aniversario número 75 de su fallecimiento, una fusión entre la música clásica, los musicales y otros elementos históricos y literarios.
La Wiener Kammersymphonie, cuyo paso por México continúa el viernes 4 de julio con su debut en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, ofreció el aria “Non piú andrai”, de la ópera “Las Bodas de Fígaro”, de Mozart, con la que sellaron un hito musical inolvidable para la historia cultural de Monterrey.