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BUENOS AIRES, 5 de junio.-El Hospital Garrahan, referente en la atención pediátrica de alta complejidad, se ha visto envuelto en una serie de protestas y reclamos por parte de sus profesionales de la salud. Estas manifestaciones, que han escalado en las últimas semanas, ponen de manifiesto una profunda insatisfacción con las condiciones laborales y los salarios que perciben, cruciales para mantener la calidad de atención que caracteriza a la institución.
Los médicos y otros trabajadores de la salud del Garrahan denuncian una constante pérdida del poder adquisitivo de sus salarios, que no se condice con la alta especialización y la dedicación que exige su labor. Este desfasaje salarial, en un contexto de inflación, genera una precarización que afecta directamente su calidad de vida y su compromiso con la institución.
Además de las cuestiones económicas, las protestas también señalan la sobrecarga laboral y la falta de personal. Los equipos de salud operan al límite, atendiendo una demanda creciente con recursos humanos que no se han incrementado al mismo ritmo, lo que deriva en jornadas extenuantes y un desgaste profesional significativo.
La falta de inversión en recursos humanos y la ausencia de una política salarial acorde a la responsabilidad de sus tareas son puntos recurrentes en los reclamos. Los profesionales advierten que, de no mediar soluciones urgentes, la situación podría repercutir negativamente en la calidad de la atención que reciben los pacientes más vulnerables.
Estas medidas de fuerza han generado impacto en la operatividad del hospital, afectando la programación de turnos, consultas y, en algunos casos, procedimientos no urgentes. Sin embargo, los gremios y asociaciones que representan a los trabajadores aseguran que se mantienen las guardias y la atención de emergencias para no comprometer la vida de los niños.
La comunidad, consciente del rol vital del Garrahan, observa con preocupación esta escalada de conflictos. Existe un llamado generalizado a que las autoridades competentes y los representantes de los trabajadores encuentren un acuerdo rápido y sostenible que permita resolver las demandas y normalizar la situación en el hospital.
La resolución de este conflicto no solo es fundamental para el bienestar de los profesionales, sino también para asegurar la continuidad y excelencia del servicio que el Hospital Garrahan brinda a miles de niños y sus familias en todo el país. Es imperativo garantizar que este pilar de la salud pública pueda seguir funcionando con la dignidad y los recursos que merece.